Aquí os dejamos 5 malos hábitos que, muchas veces, hacemos sin darnos cuenta, y que perjudican gravemente nuestros dientes. ¡Todos tienen solución!
- Morderse las uñas: no sólo perjudica a tus dientes (pudiendo llegar a fracturar sus bordes) sino que al adelantar la mandíbula constantemente para morderte las uñas, puede llegar a ocasionar disfunción mandibular.
Solución: emplea esmalte de uñas con sabor amargo. Intenta identificar las situaciones donde te muerdes las uñas y, si es por nervios o estrés, intenta buscar alternativas para mantener tus manos ocupadas. El deporte será tu gran aliado para paliar los nervios.
- Cepillarse demasiado fuerte: todos sabemos que debemos cepillarnos 3 veces al día, pero si lo hacemos con un cepillo demasiado duro o con demasiada fuerza, estaremos perjudicando nuestros dientes e irritando nuestras encías.
Solución: usa un cepillo de dureza media y, si tienes dudas sobre si estás haciéndolo con demasiada fuerza, visita a tu dentista para que te ayude a mejorar. Intentaremos siempre “masajear” y no “restregar” nuestras encías.
- Rechinar y apretar: este es un hábito muy nocivo para nuestra boca, ya que puede llegar a destruir nuestros dientes. Como normalmente se hace de noche, mientras dormimos, podemos saber si lo sufrimos si sentimos dolor muscular, de cabeza y de boca al despertarnos, así como al masticar.
Solución: si crees que aprietas o rechinas, visita a tu odontólogo para que te explore y resuelva dudas. En la mayoría de casos, se confecciona un protector bucal nocturno o férula para proteger los dientes y evitar por tanto el daño dental y dolor muscular.
- Picar constantemente: cada vez que comemos, las bacterias causantes de la caries se alimentan de los restos de comida, produciendo un ácido que va a atacar la superficie dental y dando comienzo así a la caries.
Solución: haz comidas equilibradas que te satisfagan durante más tiempo. Si necesitas hacer un tentempié, evita las bebidas y alimentos con alto contenido en azúcar.
- Usar tus dientes como si fueran herramientas: los dientes están hechos para masticar, no para cortar objetos ni abrir botellines. No sólo te arriesgas a romper uno o más dientes, sino que también te puedes dañar la mandíbula o incluso tragar algo que no deberías.
Solución: piensa antes de usar tu boca con tal fin: busca y encontrarás la herramienta adecuada. ¡Tu boca te lo agradecerá!